Dulce Velero.


A tí. 


 Lo recuerdo si, claro que lo recuerdo Velero cuando en medio de ese sueño de meses nos encontramos los dos y me viste como realmente soy, como solo me conoces tú y como realmente deseo ser ese día...


Estábamos bajo el árbol, ese gigante verde que nos cubría del sol, que además nos dejaba estar en medio de sus gigantes ramas y que nos daba también la paz que ahora pedimos y que nos es esquiva desde hace tantos años. Ese descanso que anhelamos compartir un día y que nos evite ya derramar tanto llanto como hemos llorado los dos.


Debajo está el lugar más amado por ti, ese mar tan tuyo, tan azul, tan profundo como el cariño que nos ha unido ya por estos años de estar juntos en medio de esta pena llamada pesadilla que se nos volvió la existencia, este maldito dolor que no nos abandona nunca, esta incertidumbre de querer estar lejos juntos pero no poder y esta terrible impotencia de no poder tener un una vida común y normal como los demás y solo ver pasar nuestra vida sin más que esto. 


No hay más que llorar juntos en medio de un tierno abrazo de amigos de sufrimiento, de pocos momentos de alegría, de pocos instantes vividos en esta vida que es de calma, felicidad y paz para otros, pero que es de un completo dolor y sufrimiento para nosotros. 


Por días se nos acaba el llanto más no porque seamos otros o no estemos tan solos, que únicamente los dos lo sabemos hasta donde hemos soportado está maldita pena que ya nos carcome el alma sino porque no tenemos una solución a este problema que se nos volvió vivir en estos cuerpos. Tú duermes con tus grandes dosis de" medicinas" para no caer rendido de dolor y yo ya no duermo bien o con un buen tiempo reparador porque no tengo qué ...


¿Tu Saba te da calor y buena compañía todas las noches y todos los días, yo en las mias... mis lagartijas compañeras cantarinas me dicen que no estoy muerta aún, pero Velero compañero de penas de hace ya tantos años te pregunto con la mano en el corazón: de verdad crees que estamos aún vivos? 


Un día, sé qué será así... un día nos iremos juntos a ese árbol de los dos, junto con ella ( Ma), para por fin ser felices y en paz poder decir:" Hemos llegado" .


"Ay amigo Velero, dulce y triste compañero te añoro como en esos días que tocabas el piano para mí y yo era feliz de verte, vernos en medio de este ya tremendo dolor traicionero" 


Sabes que te amo porque tú también me amas a mí como lo que somos desde ese día en que nos conocimos... almas gemelas. 



Anna. 

Febrero 21. 2022.

🥀

Comentarios

Entradas populares de este blog

Eutanasia.

Brecha.

Hendiduras. 💜