Ellos... Los poetas.

  Descansaba, se sentía rendida de su día y se dejó caer en la cama.

Cerró los ojos, comenzó a mirar por dentro de su mente y mientras hacia ese viaje onírico una presencia se le acomodó al lado suyo en la cama, apenas pudo mover una mano para percatarse de que era él y sonrió con algo de malicia, no la visitaba en ese lugar hacia un largo tiempo y lo comenzó a disfrutar desde el mismo instante en que supo que era ese...su amor. 

Él muy suavemente acercó su boca para apoderarse de su aliento que solo exhalaba por él, tomó sus labios tan tiernamente que no hubo forma de evitarlo por parte de ella, cada pedazo de piel de ambos se fue uniendo como un tatuaje, cada trozo de carne posó su deseo en el otro, la lucha fue larga y a muerte, pero...de muerte lenta porque ambos daban sus mejores besos, sus caricias más deliciosas y los más ardientes deseos al otro como si se fueran a saciar el hambre de toda una vida en ese solo instante.

El sol caía por la ventana y ese naranja que ella amaba dejaba ver en la piel de su amado el brillo del sudor que emanaba de ese momento tan deseado por los dos, fue un cuerpo a cuerpo que friccionaba el sentimiento que los poseía, era un tome y dame de amor que tan viejo como se sabía era nuevo para los dos. 

Sus cuerpos, lenguas y pasados enredados en una cama, en una piel que se sumaba muy bien entre tejidos, pudores y sentidos ya más que perdidos por causas propias a este sentimiento que los había encontrado un día dejados en la nada del olvido y que los encontró en un poema... un dulce poema de amor. 

Allí latentes y vivaces ya cansados de su faena se ven los cuerpos entrelazados, los sudores entremezclados, las pupilas abiertas para verse mutuamente y disfrutar de este bello espectáculo creado por los dos y más aún este bello y nuevo poema de amor que se sellaba con piel, carne, deseo, ansia y placer de amarse entre poetas. 

La noche llega... la fría luna queda como ese testigo frío de lo que hubo acá y de lo que hay entre estos dos amantes de su amor y de su ser ...

Anna. 

Febrero 5. 2022. 

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