Angustia.

 Angustia. 


La soledad la apabulló siempre, el vacío que le dejaban sus amores perdidos en el tiempo la fueron derrumbando poco a poco hasta que solo quedó un remedo de esa mujer bella que un día fue. 


Solamente era una estatua fría y corroída por los años, un pedazo de papel de regalo, un trozo de hierro roto por el desuso, ese mármol que ya no se veía blanco y la torpeza para tener algo llamado amor que no veía más allá de sus pupilas gastadas y arruinadas de tanto llorar con los años. 


Solamente un ser roto como ella podría comprender qué era el olvido y la soledad así como ella la vivía, pero no hubo alguien similar que la llevara de ahí de ese lugar siniestro que era su alma a otro donde hubiera sentimientos y esa certeza de que la muerte aún no la había poseído. 


Pero sí... ya estaba muerta, no era más ella, ni un pedazo poco visible de esa chica bella que un día fue y hoy nada más había una imitación de ella burda, fría, oscura y tan vacía como su misma vida. 


Anna. 

Diciembre 29. 2021. 

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