Astronauta.

 Astronauta.


Nació siendo un astronauta, tenía sus pies en la tierra, pero su mente en el universo que lleno de estrellas y eclipses nocturnos le salvaban el espíritu de la realidad, se vestía de estrellas y viajaba por el espacio hacia la luna que era su mejor lugar, tranquilo y frío le daba paz, desde allí veía de tanto en cuanto lluvias de estrellas magníficas que la enamoraban más de su faceta de astronauta. 

Un día quiso viajar al sol, pero no pudo porque hacía mucho calor y no quería ser un pedazo de asteroide lleno de fuego cuando volviera a su casa, pues su madre la podría regañar y lo que menos le gustaba era cuando su madre la llamaba por su nombre completo, ¡Eso no! La amaba mucho para hacerla sentir mal por sus sueños ilusos y estúpidos de niña. 

Cuando fue la noche se calzó sus ojos de luz y viajó a su luna llena, muy llena, blanca y de queso era su mejor refugio, allí creó unas cuantas historias de amor y unos dos poemas a ese enamorado que algún día tendría cuando llegara el momento de suspirar sin la luna amiga como motivo sino esos ojos de ese amor que tal vez podría ser eterno, aunque ...

Allí se le interrumpió el tema porque un cohete lleno de locos gritones pasó de largo dejando sus alaridos de estridencia musical, no hizo más que dejar atrás ese poema a su futuro amor eterno y de nuevo bajó a su cama donde estaba su madre bien abrigada y sonriente al sentirla a su lado. 

A la noche siguiente volvió a subir a su lugar favorito y estaba viendo de lejos un cometa que bajaba rápido y tenaz a un lugar que reconocía como propio, era su calle y de un solo golpe bajó para que su Madre no fuera atropellada por este gran objeto verde y de pronto... se oyó el golpe fuerte de un choque que no le dolió, luego su Madre llorando y su Padre en medio de la calle luchando por ser más útil, la sirena sonó después de unos minutos y despertó en una sala blanca muy limpia que decía no ser su vieja casa, los bip por todo el salón eran el sonido más escuchado en ese momento y cuando abrió los ojos un señor de blanco riguroso le reclamó el ir rauda por esa vía, ella lo negó hasta las lágrimas y ese señor la entendió creyendo en sus palabras, aún así le dio una pésima noticia cuando le tomó la mano fría y delgada:" Lo siento mi niña pálida, pero más viajes por la vía láctea no podrás hacer, tus motivos actuales son distintos a los de ayer y tendrás que guardar tu hermoso y deteriorado traje de astronauta porque no habrá más".

Desde ese día supo que cambiaría su traje gris plateado de viajera en medio del espacio por una útil y segura silla de ruedas, su mente se quedó en tierra de forma obligatoria, pero de tanto en tanto se pone ese traje ya con una edad más avanzada sin su Padre y sin ella ...su compañera de aventuras por estar en casa, sola y vacía aun asi con el anhelo de irse de nuevo hasta allá donde nadie va y era su hogar a los diez, la hermosa y lejana luna. 


¡Y sí, soy una astronauta de los sueños que no se realizaron aunque no quieren morir en la mente de esta pequeña y loca niña! 


Gracias por inspirarme está loca, tonta y algo estúpida idea.



Anna.

Abril 11. 2022.

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