Ojos tristes.

 Me miro en una fotografía y veo cómo me ha cambiado la vida en estos años, la tristeza se ha apoderado de mi mirada, la opacidad de mis ojos es tan grande como el mismo dolor que lo ha causado como es natural y pienso que no está tan mal.


Si una vez los tuve alegres, brillantes y hasta conquistadores como me decían, es porque en ese tiempo era una mujer, una que aún estaba llena de esperanza, de fe y de ilusiones, que forjaría con los actos y sobre todo la presencia de dos personas que siendo mis mejores motivos para luchar han sido un escudo contra el dolor, la pena y el sufrimiento que me ha perseguido toda mi vida.
Aun así, con ellos luché y seguí adelante siempre, pero hay unas circunstancias que no permiten que se siga bien y pensando de esa misma manera.
Los dolores, las penas, la soledad y todo lo que me ha sucedido en estos largos años de prueba me ha dejado una gran marca en el ser más interno que me habita.

No se puede luchar contra la desventura, contra el dolor físico, constante y sin medida que me tiene aún atrapada, cada hueso roto, cada músculo que no se mueve, cada pedazo de que no podía antes casi movilizarse, ahora está como una roca que no quiere salir de mi cuerpo. Eso ha sido el día a día en mucho tiempo, ahora es el peso de la soledad, del duelo por su partida, pues ella siempre estaba animando cada labor y logro alcanzado, era de ambas todo, lo malo, lo bueno, la lucha, la felicidad, así mismo ahora no es nada más que mía porque no está y duele.

Mis ojos expresan un dolor intenso e interno que me domina y aunque le hago la fuerza a que no me mate, siento que sí me dejó su marca. La soledad duele y mucho, es como una cortada en el corazón que no deja de sangrar por más que intentes el ánimo y la alegría, algo innato, lidiar con malos tratos, con palabras que fueron balas y me dejaron mal por mucho tiempo, la perdida de su ser al lado mío y siento que aunque cada día me despierte por y para ella la extraño y me duele más incluso que este cuerpo que se siente dolorido y pesado ante todo lo que ha vivido por nueve años.

No hay dolor más grande que su ausencia, no lo hay ni uniendo todos mis dolores físicos, cada hueso que duele solo al contacto de una mano, el frío que cada vez es más fuerte e intenso, el hambre que ya es habitual en …todo junto y más aún no afecta como el estar sin ella y ver que no me acompaña en este momento de logros y metas. Ella no está y lo acepté hace meses, pero también acepto que la alegría de mi mirada y la luz que la iluminaba se ha ido con ella.

Ojos tristes y muy opacos han quedado de su partida hacia la vida eterna y aunque duela debo entender que ella está mirando desde allá y sigue guiando mis pasos pesados ante un mañana que es mi deber sacar adelante sola, para mí, por mí misma y de la mano de las personas que están en mi entorno ahora. Sola… Por ella seguiré adelante y si algo sucede que me alegre en algo la vida será no perder la esperanza en que un día la vuelva a ver. Qué así sea Te amo Ma. 🌹 Anna. Octubre 1. 2022. 🥀

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